La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
Este año 2020 la Cuaresma empieza con el miércoles de ceniza.
"Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional"
El Papa escribe: «he querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón»
Con motivo del Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco, el Papa Francisco ha enviado al Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime, una carta en la que ha querido dar gracias a Dios "por el regalo del Santo de los Jóvenes" y "recordar los aspectos esenciales de la herencia espiritual y pastoral de Don Bosco y exhortar a vivirlos con valentía".
Después de tres años de preparación y uno más de celebración, el gran día del 200 aniversario del nacimiento de Don Bosco, finalmente ha llegado. “Hoy damos gracias a Dios por su maravillosa intervención en la historia, y más concretamente ya que esta historia comenzó en un pequeño caserío las colinas de I Becchi”, ha dicho el X Sucesor de Don Bosco
Su lema y su aspiración hacia los muchachos era hacerlos "buenos cristianos y honestos ciudadanos", proponiéndole la búsqueda de la virtud y de la santidad cristiana a través de la vida cotidiana, en fidelidad a Dios y desde la alegría del deber cumplido. En ello, Don Bosco se inspiraba en San Francisco de Sales, quien fue su modelo para el trato bondadoso con los jóvenes. San Juan Bosco atraía a los muchachos por su amor, por su ejemplo, por la predicación y catequesis y hasta por el arte y el ejercicio de la magia, de la que estuvo proverbialmente dotado.
En la plaza central de Chieri, un acróbata distraía a gente de la Iglesia con
sus extravagantes números. En ellos, retaba a la gente a superar sus habilidades.
Don Bosco, al ver que las gentes se distraían de la Iglesia, decidió desafiar al acróbata. El primer desafío del acróbata era una simple carrera, por una
apuesta de 20 liras. Don Bosco empezó con algo de desventaja, pero enseguida remontó, y el acróbata le dio la carrera por ganada al llegar a la meta
El segundo desafío consistía en
dar un salto, y la apuesta se doblaba. Al fondo de el área de salto había un muro que la delimitaba. Primero saltó el acróbata, quedando con los pies juntos pegados al muro, por lo que se hacía
casi imposible saltar más lejos. Don Bosco se santigua y, con gran destreza, da un salto mortal y termina al otro lado del muro.
El acróbata propone la 3ª y última apuesta por 100 liras al que ponga los pies en lo más alto de un árbol cercano. Don Bosco venció y como gesto de humildad aceptó revolver el dinero al
saltimbanqui a cambio de una cena para él y sus amigos de la sociedad de la alegría. La idea principal que nos quiere transmitir este relato es como Don Bosco pretendía con estas pruebas acercar
la juventud a la iglesia.
“Si quieres escuchar la voz del Señor, ponte en marcha, vive en búsqueda. El Señor habla a quien está en búsqueda”.
“Estamos llamados a escuchar lo que el Espíritu nos sugiere. El Espíritu Santo es siempre novedad”.
“La fe es vida: es vivir el amor de Dios que ha cambiado nuestra existencia. La fe es una cuestión de encuentro, no de teoría”.
“El futuro lo tienes que hacer tú con tus manos, con tu corazón, con tu amor, con tus pasiones, con tus sueños. Con los demás”.